EL ARTE DEL TRABAJO SOCIAL, un post de una trabajadora social.

Domingo 29 de Noviembre de 2020

No hay nada mejor que aparezca una pandemia mundial para darse un baño de realidad, para poner en valor aquello que hasta ahora no lo tenía., aunque sigo sin estar convencida que esto nos dure mucho tiempo y seamos una mejor sociedad.

Hasta entonces, uno/a cubría todas las necesidades básicas sin ser muy consciente de ello, hablo de alimentación, vestido, suministros... (tenemos la mala costumbre de comer y vivir), lo hacías sin reparar en cuánto cuesta esto o lo otro... de repente un día te ves comparando el precio de los plátanos, de un supermercado a otro, de una tienda a otra, haciendo cábalas para poder llegar a fin de mes.

Además, una mañana cualquiera reparas en que nunca has pensado en tu vecino/a, ese pequeño autónomo/a que te da los buenos días desde hace muchos años. Que durante el confinamiento ha salido a la puerta de su tienda de barrio, entre pedido y pedido, para aplaudir y comprobar que todos los vecinos/as salían sin falta. Entonces decides comprarle los plátanos a él, que seguro son mejores y más ecológicos que los del super, también más baratos, y eso me conviene.

Que realices acciones como, por ejemplo, preocuparte por tu vecino/a, pensar en el frutero/a de toda la vida, en la tienda de la esquina, eso hace que cubras las necesidades de otros a la vez que cubres las tuyas propias, preocupándote haces una intervención comunitaria, la de prevención. Detectas un problema y buscas una solución a ese problema, Intervención.

Se van tejiendo así las redes de protección, porque al final, cuando todo pase, sólo quedaremos nosotros/as, las personas. Y nos tenemos que cuidar, proteger.

Pues bien, por mucho que nos empeñemos o seamos super modernos e individualistas, el vivir en comunidad, las profesiones con y para las personas son ESENCIALES. Y de pronto un día empiezas a escuchar en la tele que limpiadoras, enfermeras, medicas... y demás profesiones se convierten en esenciales. ¡Vaya! Y el TRABAJO SOCIAL también, ¡anda! Aparecemos en el mapa. Ahora, también te digo que nos ha salido caro, una pandemia mundial na´ menos.

En fin, a lo que iba, que me disperso, EL ARTE DEL TRABAJO SOCIAL es una obra de arte que abre una nueva-vieja visión de esta profesión nuestra, de esta forma de vida, porque eso es lo que es para mí, una forma de vida.

Oscar Cebolla, me has enseñado muchas cosas que no sabía, llegando a sentir hasta un poco de vergüenza por no conocer algunas de ellas. He hecho comentarios en alto conmigo misma mientras leía datos del palo de; "ostras, pero ¿enserio venimos de ahí?", "¿pero este hombre cuanto a tenido que revolver para encontrar esto?"... pero si algo he verificado con esta lectura es que para mí el Trabajo Social es un estilo de vida, es mi estilo de VIDA.

Voy a intentar resumir el libro en una frase; "la brújula del Trabajo Social a través de ilustraciones, investigación y una historia de vida, sabes de dónde vienes, dónde estás y por dónde podemos ir, y si digo podemos porque consiste en hacer el viaje acompañado/a".

Que estoy orgullosa de ser lo que soy, que estoy orgullosa de vivir esta época de esta profesión y por último, que estoy orgullosa de estos compañeros/as que no dejan de creer, sentir y hacer crecer el Trabajo Social.

¡Gracias Oscar por este trabajo, el cual, no creo que esta profesión te pueda llegar a pagar!

Siempre gracias, de una trabajadora social.